21 abr 2012

Jaroslav Seifert - República Checa


Algo hermoso termina


Todos los días del mundo
algo hermoso termina.

Duélete:
como a una vieja estrella fatigada
te ha dejado la luz. Y la criatura
que iluminabas (y que iluminaba
tus ojos ciegos a las nimias cosas
del mundo)
ha vuelto a ser mortal.

Todo recobra
su densidad, su peso, su volumen,
ese pobre equilibrio que sostiene
tu nuevo invierno. Alégrate.
Tus vísceras ahora son otra vez tus vísceras
y no crudo alimento de zozobras.
Ya no eres ese dios ebrio e incierto
que te fue dado ser. Muerde
el hueso que dan,
llega a su médula,
recoge las migajas que deja la memoria.


Traducción: Piedad Bonnett

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